NUESTRA BIBLIOTECA: ERIZO Y CONEJO. EL SUSTO DEL VIENTO

El último libro que he tenido la oportunidad de reseñar para Boolino me ha encantado! "Erizo y conejo, el susto del viento", narra las aventuras de Erizo y Conejo, dos simpáticos animales que viven distintas aventuras juntos, a través de los distintos títulos de la colección.

Es un libro de pastas duras pero con las hojas finas por lo que a los más pequeños les costará pasarlas. Pero eso es la excusa ideal para contárselos nosotros! Porque el cuento es muy divertido! 

Escrito por Pablo Albo e ilustrado por Gómez, en el cuento, Erizo y Conejo, están pasando una jornada alegre, buscando comida. Coles para Conejo y caracoles para Erizo. Todo estaba tranquilo hasta que de repente empezó a hacer mucho viento y éste empezó a mover todas las hojas del bosque, haciendo un remolino con ellas.

Ambos animales se asustaron. Conejo se asustó del remolino de hojas. Erizo se asustó del grito de Conejo. Ambos corrieron a resguardarse en un tronco hueco. Erizo, curioso, le preguntó a Conejo qué había pasado, y éste le responde que había visto un monstruo: muy alto, lleno de hojas y que aullaba como el viento.

Mientras, fuera, el viento seguía soplando y las hojas seguían volando de aquí para allá. Algunas de ellas entraron en el tronco hueco donde se encontraban Erizo y Conejo. Esto asustó a Conejo, que salió gritando de allí. Erizo no había visto nada pero volvió a asustarse de los gritos de Conejo. Ambos salieron corriendo, cada uno por un lado! 

De repente, Conejo paró. Se dio cuenta que había dejado solo a Erizo y sintió pena. Quiso volver para ayudarle. Tuvo una genial idea para enfretarse al monstruo: se revolcó en el barro y se ató dos ramas a la cabeza para darle un aspecto más fiero.

Erizo también se paró. Se dio cuenta que había dejado solo a Conejo y, también, sintió pena. Quiso volver para ayudarle. También tuvo una genial idea para enfrentarse al monstruo: se revolcó en un montón de hojas secas que se le clavaron en los pinchos y agarró dos ramas que parecían zarpas.

Ambos llegaron al tronco hueco al mismo tiempo. Erizo no reconoció a Conejo. Y Conejo no reconoció a Erizo. Ambos gritaron para asustar al otro, pero lo que hicieron fue asustarse ellos mismos. Y volvieron a correr. Cada uno para un lado. Y mientras corrían iban perdiendo el disfraz que se habían construído.

Ya, sin disfraz, Conejo se paró y vió que alguien llegaba. Era Erizo, también sin disfraz. Cada uno le contó al otro la aventura que había vivido por separado, sin saber que la habían vivido juntos. 

Y ambos volvieron al huerto. Conejo siguió comiendo coles y Erizo siguió buscando caracoles. Los dos vigilaban que ningún monstruo se acercase.  

Una historia muy divertida, acompañada de unas preciosas ilustraciones, muy divertidas y coloridas. Y con hojas volando por todas partes!!!

 

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Otras reseñas realizadas (Boolino):

- Álex, ¡Basta ya!
- Nimbus, una nube de emociones.
- Quinto grado en Torres de Malory. 
- Yoga con niños. 
- La siesta perfecta.
- Rabietas.

 (Post patrocinado)